Hacerse las preguntas correctas
Puede que las mías tampoco lo sean
Estoy cursando una asignatura en la que tengo unas clases en vídeo y una bibliografía. Son las peores clases que he visto en mucho tiempo y no he parado de estudiar desde la Universidad.
Tengo la sensación de que va a ser fácil de aprobar. Mi problema es que ya no me matriculo en nada por tener un título más. Y esta asignatura me parece una oportunidad perdida para haber hecho algo bonito y bueno.
Esta materia, además, ya la tuve en la carrera de Químicas. Me matriculé en una asignatura de libre configuración sobre historia de la ciencia que impartía un matemático. He mirado por casualidad qué fue de Mauricio Jalón y he visto que se jubiló, que le organizaron un homenaje y que ese homenaje lo presidía de alguna manera Emilio Lledó. Un filósofo homenajeando a un matemático. Muchas de mis inquietudes, en especial la referida a la filosofía de la ciencia, fueron puertas que abrió Mauricio en aquella asignatura de 6 créditos.
Estaba el otro día viendo uno de estos vídeos de mis clases de filosofía mientras una amiga me hablaba de influencers, de un chico que se ha hecho famoso por grabarse comiendo y de una discusión en la que este reprochaba a otro los pocos seguidores que el segundo tenía. ¿Cuántos seguidores tendría hoy Mauricio? En cambio, ¿a cuánta gente como yo habrá influenciado de verdad?
He observado lo que ocurre con los influencer del vino desde cierta distancia, siempre pensando si mi visión no tendrá un sesgo generacional. Sinceramente no entiendo nada de lo que estamos (como sector) haciendo. Me gusta (y son mis amigas) lo que hacen las chicas de Lacrima, como entiendo el otro extremo y lo que hace William Kelley. Sé también que ninguna de esas cuentas está orientada a un consumidor como yo. Quitando un puñado de excepciones, ¿qué estamos haciendo? ¿por qué hacemos famosa a gente sin el menor talento que no aportan nada, que incluso tiran piedras contra nosotros mismos? El sector vive en crisis, en un cambio de paradigma de lo que es el vino en la sociedad, en un cambio de maneras de consumo. Con un lobby anti-alcohol que nos tiene en su punto de mira. Escribía hace unos años Konstantinos Lazarikis MW aquello de “¿verán mis nietos una copa de vino como mi hijo ve un cenicero?”. Y en esta crisis corremos como pollo sin cabeza intentando agarrarnos a lo que sea. Si nos agarramos a muchas cosas, alguna de ellas nos salvará. Yo recuerdo aquello de “si cada chino comprase una botella…”. Qué nostalgia de aquellos tiempo cuando iba a ser tan fácil esto. Ahora son los influencers, el vino no-low, los piwis y un montón más de ocurrencias.
Acabé hace poco La Virtud de Pensar de María Ángeles Quesada. Es un libro en defensa del pensamiento crítico en esta época de cambio constante. En la primera parte del libro expone la necesidad de hacerse las preguntas correctas a la hora de resolver un problema. Algo tan obvio a veces no es tan sencillo. ¿Cuál es la pregunta que se debería hacer el sector ante esta crisis? No estoy seguro. De lo que estoy seguro es que quizá la que lleva como solución a hacer famoso a tanto influencer no es la que necesitamos. Deberíamos separar lo famoso de lo útil. ¿Es el vino sin alcohol -como he leído por ahí- una solución a la crisis? No sé, ¿a cuánto se va a pagar la uva con la que se haga vino sin alcohol? Si la respuesta es “poco”, no es la solución. ¿Es la respuesta a algo seguir financiando planes de reestructuración donde entra plantar airén de regadío y grandes producciones? Alguien ha llegado a proponer eso sin hacerse la pregunta adecuada. ¿Qué consumidor buscábamos con el Rioja-ja-ja-ja? No es broma, esta campaña existió.
Asistí a una ponencia de un famoso funcionario español en la que este defendía la introducción de piwis para conseguir producir uva de manera más barata. Ya sabéis, variedades genéticamente modificadas y resistentes (a día de hoy, este matiz es importante) a las plagas y enfermedades más frecuentes. Los piwis tienen atractivos nombres del tipo Cabernet Cortis, Sauvignon Rytos, etc. ¿Un funcionario español, dedicado a la viticultura, piensa que el problema del sector es que producimos caro? Y en esto se resume todo, creo yo. En que hay que cambiar los interlocutores y elegirlos después de preguntarse lo más importante: ¿qué modelo de sector queremos a largo plazo para que sea sostenible para todos los implicados? ¿qué papel creemos que debe jugar el vino en la sociedad? Agarrarse a todas las respuestas posibles no funciona.
Me quedan 3 días para el examen. Lo que me gusta estudiar, lo poco que me gusta examinarme.


Como se disfruta con un buen profesor!
Y que pocos hay
Gracias Tao